sábado, 28 de abril de 2012

Con el tiempo...

Para todos nosotros el tiempo no es más que algo vanal y secundario pero...

Con el tiempo comprendes que lo importante no es aparentar, sino sentir.

Con el tiempo aprendes que lo que hoy es negro, mañana sera blanco.

Con el tiempo empiezas a comprender que los besos no son contratos, ni los regalos promesas.

Con el tiempo aprendes que estar con alguien porque te ofrece un "buen futuro", significa que tarde o temprano querrás volver a tu pasado.

Con el tiempo te das cuenta de que si estás al lado de una persona solo por acompañar tu soledad, irremediablemente acabarás deseando, no volver a verla nunca más.

Con el tiempo comprendes que solo quien es capaz de amarte con tus
defectos, sin pretender cambiarte, puede brindarte toda la felicidad que mereces.

Con el tiempo te das cuenta de que los amigos verdaderos, valen mucho más que cualquier cantidad de dinero.

Con el tiempo entiendes que los verdaderos amigos son contados, y que el que no lucha por ellos, tarde o temprano se verá rodeado solo de falsas amistades.

Con el tiempo aprendes que las palabras dichas en un momento de ira pueden seguir lastimando a quien heriste, durante toda la vida.

Con el tiempo aprendes que disculpar cualquiera lo hace, pero perdonar es solo de almas grandes...

Con el tiempo te das cuenta de que cada experiencia vivida con cada persona, es irrepetible.

Con el tiempo te das cuenta de que el que humilla o desprecia a alguien, tarde o temprano sufrirá las mismas humillaciones.

Con el tiempo aprendes a construir todos tus caminos en el hoy, porque el terreno del mañana, es demasiado incierto para hacer planes.

Con el tiempo comprendes que apresurar las cosas o forzarlas a que pasen, ocasionará que al final no sean como esperabas.

Con el tiempo te das cuenta de que en realidad lo mejor no era el futuro, sino el momento que estabas viviendo justo en ese instante.

Con el tiempo verás que aunque seas feliz con los que están a tu lado,
añorarás terriblemente a los que ayer estaban contigo y ahora se han marchado.

Con el tiempo aprenderás que intentar perdonar o pedir perdón, decir que amas, decir que extrañas, decir que necesitas, decir que quieres... ante una tumba..., ya no tiene ningún sentido.

Con el tiempo aprendes que ese termino no es tan banal y secundario.

Pero desafortunadamente... esto solo lo entendemos con el tiempo.

Recuerda bien estas palabras. El hombre se hace viejo muy pronto y sabio demasiado tarde, justamente cuando ya no hay tiempo...

viernes, 13 de abril de 2012

¿No te parece?

Cada vez que hablamos de disfrutar, alguna persona de nuestro alrededor o entorno mas cercano, se encuentra pasando por un mal momento. Esto es muy común, pues parece que viviésemos en aquella historia que mi abuela solía contar, cuando decía que la vida era nacer, crecer, sufrir y morir. Cuando algo no sale bien, o como nosotros esperamos, tomamos una especial vocación por esos sentimientos de dolor, sufrimiento y pesar. Sin embargo, obviamente, me parece a mí, que la vida es otra cosa, o por lo menos me parece que debería serlo, aunque no le prestemos la suficiente atención.

Yo, hoy aquí, quiero contar una pequeña historia que un día narre a un amigo. Este, a pesar de ser un hombre buenísimo, trabajador y con un humor esplendido, sentía que la vida se le escapaba de las manos y no podía terminar de disfrutar lo suficiente de las cosas. Este amigo se pasaba media vida pensando en lo que no había hecho, y la otra media pensando en lo que tenía que hacer, y claro, disfrutar es un hecho presente, ¿no? Disfrutar no es una historia que se puede posponer. Yo, no disfruto únicamente de los recuerdos, y si disfruto de mis recuerdos, los disfruto aquí y ahora. Él, a pesar de su personalidad amistosa y dicharachera, no apreciaba lo más mínimo su vida.
Para intentar ayudarlo, le conté esta especie de cuento y le hice una propuesta, que es la que hoy le hago al imaginario lector que me dedica un minuto de su valioso tiempo.

Imagínese que usted tiene una cuenta en un banco. Imagínese que recibe una notificación donde le explican que cada mañana en su cuenta va aparecer depositados 1440 euros. No tienes que hacer nada por ellos, es solamente un regalo. 

Al protagonista de nuestro cuento le sucede esto. Él, incrédulo ante tal situación fue a preguntar a su banco: 

+Buenas, me han mandado esta notificación y pone que me van a ingresar 1440 euros cada día ¿Por qué tal ingreso?- 

-Porque usted se lo merece- Afirmo el agente de aquel banco. 

+¿Cómo? No puede ser, tiene que haber alguna trampa.- Él, era un hombre de lógica y sabia muy bien que tal regalo no podía ser posible.

-No, pero hay una condición…

+Ya me lo imaginaba, no podía ser tan…- Repuso antes de que el agente concluyera.

-No, no es tan grave. La condición es que esos 1440 euros tiene que gastárselos en esas 24 horas del día.

+¿Qué dice?- Las facciones de aquel hombre volvieron a cambiar por completo.

-Sí, a las 00:00 horas aparecerán en su cuenta 1440 euros, pero si usted no los gasta en el día de hoy, mañana a las 00:00 horas desaparece todo lo que le quede. Puede gastarlo en lo que quiera, pero tiene obligación de gastarlo en ese mismo día.

+No entiendo muy bien. ¿Por qué tengo obligación? ¿No se puede ahorrar?

-No.

+¿Y no puedo retirarlo o ponerlo en otra cuenta?

-No, tampoco lo puedes regalar, ni puedes dárselo a otra persona para que lo use. No puedes ni invertirlo. Lo tiene que usar usted, en lo que quiera, pero usted. Todo el euro que no gaste, no use, o no disfrute, lo va a perder.

+Entiendo- El hombre a pesar de su asombro parecería que iba entendiéndolo.

-Pero esto no termina aquí, mientras que usted siga vivo lo va seguir recibiendo a diario. Todos y cada uno de los días que viva.

+De acuerdo, muchísimas gracias.

El hombre perplejo, pero a la par que contento, empezó a gastar cada uno de esos euros, ya que seria de estúpidos no gastarlos, ni disfrutarlos. 

Y ahora le pregunto a usted, mi querido lector, qué es lo que haría. ¿Qué haría si tuviera una noticia como esta? La respuesta supongo que será la misma que dio mi amigo: “Trataría de gastar hasta el último euro. Tomaría esos 1440 euros y por supuesto buscaría la manera de disfrutarlos cada vez más. Seria realmente maravilloso” La cuestión que le planteé justamente después fue la siguiente: “Realmente maravilloso, ¿verdad? ¿Sabes?, lo que te acabo de contar ahora, es realmente cierto y verdadero, y nos corresponde a cada una de nosotros. La moneda la cual te regalan no son euros, sino minutos de vida. A las 00:00 horas de cada día recibes 1440 minutos para disfrutar de ese día, y si no disfrutas cada uno de ellos, no te los puedes llevar, no los puedes ahorrar, no los puedes invertir, no los puedes regalar... Los tienes que usar tú, como quieras, pero tú. En serio, que estúpido seria, que este regalo que recibimos cada día, 1440 minutos maravillosos, recién a estrenar, solo para nosotros, no los usemos para disfrutar. ¿No te parece?”


La propuesta de esta entrada, no es otra, que obligar a ustedes, mis lectores, a que piensen por qué algunas veces llegamos a transitar por esta rutinaria y triste vida y no nos preocupamos por disfrutar cada uno de los minutos y segundos que esta nos regala.


Esta entrada va por ti hermano. Estés donde estés.

lunes, 9 de abril de 2012

Un paso más...

Pese a las dificultades, con conciencia absoluta de las complicaciones, sabiendo los riesgos y a pesar del dolor de lo que no resulto como pensábamos. Es importante, no dudar que al final, el resultado será aquel que hemos previsto y deseado.

En cualquier camino, el último paso nunca lo es por casualidad, y siempre nos carga, aunque haya sido elegido al azar, la odiosa sensación de que todo lo anterior podía no servir, si fallamos en este último momento.

Este vigésimo paso es para mí la puerta que nos permite, en muchos sentidos, dejar atrás lo pasado. Es el pasaporte seguro hacia lo que viene.
 

En las circunstancias más difíciles, y en los momentos en que nos invade la sensación de haber perdido el rumbo, es justamente, la certeza del resultado final, lo que nos dará la fuerza para hacer y para arriesgar, la motivación para avanzar, desear, insistir, valorar y seguir luchando por lo que creemos.

domingo, 18 de marzo de 2012

¿Animal o persona?

Un animal no sabría que hacer con un coche de lujo, con un televisor de plasma, con un chalet con piscina, o con una simple camiseta de marca.
Un animal se conforma con un palo empapado, una manta vieja y desnutrida, o una zapatilla sucia y mal oliente.
A un animal no le importa tus riquezas ni tus pobrezas, tu filosofía o tu ideología, tu inteligencia o tu decadencia, tu físico...
Si a un animal le entregas tu corazón, incondicionalmente y sin pedir nada a cambio te entregará el suyo.
¿De cuántas personas podrías decir esto? ¿Cuánta gente podría hacerte sentir excepcional, puro y especial? 



...¿Quién es la persona y quién el animal?...


lunes, 27 de febrero de 2012

Vida...

Llegado este momento y aunque lo mas lógico sea mandarlo todo a tomar por culo, supongo que si hemos llegado hasta aquí, será porque nos hemos saltado, a pasos agigantados, toda clase de lógica.

jueves, 29 de diciembre de 2011

¡Qué jodidamente vertiginoso es crecer!

¿Qué es lo más difícil de crecer...?
¿Crecer?
¿Recuerdas cuando drogarse significaba balancearse más y más alto en los columpios? 
¿Recuerdas cuando ponerse protección significaba llevar puesto un casco?
¿Recuerdas cuando las peores cosas que podías obtener de los niños eran piojos?
¿Recuerdas cuando los hombros de tu padre eran el lugar más alto de la tierra?

Las cuestiones raciales fueron las que corrieron más rápido.
La única droga que conocías era el jarabe para la tos.
La mayor parte del dolor que sentiste fue cuando te caíste y te raspaste las rodillas.
Las despedidas eran solo un "hasta mañana".
Y ni siquiera veías la hora de crecer. 

… Lo más difícil de crecer es aprender que el mundo no seguirá como tú lo conociste.

sábado, 10 de diciembre de 2011

Libertad indeseada

- ¿Que te pasa?, te veo preocupado.

- Pues nada que mi novia se va una semana de viaje con todas sus amigas y casi todas son solteras y un poco pendones. La verdad, es que me da mucho miedo y no sé cómo decirle que no quiero que se vaya.

- Con tu permiso te voy a contar una historia: 
"Para Luis las despedidas de soltera no eran otra cosa que el momento en donde las mujeres les ponían los cuernos a sus novios. Luis era un chico inseguro, muy celoso y algo machista.
Un día su novia, Claudia, le dijo que se iría con sus amigas de viaje, para celebrar la despedida de una de ellas, una semana a Ibiza.
-¡Nos vamos de viaje!- le dijo ella muy contenta.
-Si quieres seguir conmigo, más vale que lo olvides- respondió Luis.
Ese fue el comienzo de una tremenda discusión. Obviamente Claudia no tenía la menor intención de no ir al viaje con todas sus amigas porque el imbécil de su novio se lo prohibiera, a pesar de que lo amaba; y Luis no tenía la menor intención de dejar que su novia se fuera a zorrear con las amigas a Ibiza y que su relación se fuera a pique. No iba a tolerar bajo ningún concepto que le pusiera los cuernos. 
Ella le juraba y le perjuraba que sería más fiel que Caroline Ingalls, pero Luis intentaba explicarle una y otra vez que no se trataba de desconfianza, sino que él sabía perfectamente que el ambiente que se vivía en ese viaje la iba a llevar inevitablemente a tener algún tipo de aventura, y él no estaba dispuesto a pasar por esa situación. Era terminante, si se iba no lo veía más.
Claudia tampoco quería dar el brazo a torcer, dado que le parecía totalmente injusto no poder disfrutar de ese viaje como lo harían todas sus amigas.

El día de partida se iba acercando y ninguno de los dos modificaba su actitud.
El tren saldría a las diez de la mañana del día siguiente. Dado que Claudia no cambiaba de opinión, Luis se despidió de ella la tarde anterior diciéndole que si ella había elegido viajar antes que continuar su relación con él, sería porque tal vez no lo quería lo suficiente. Ella le aseguró que al volver lo llamaría y que seguirían adelante como hasta ahora.
-No se te ocurra llamarme cuando vuelvas, porque si te subes a ese tren no quiero volver a verte nunca más- respondió él. Eso en realidad no era cierto, pero quería agotar todos los recursos para evitar que se fuera.
A las doce de la noche sonó el teléfono de Luis. Era Claudia. No viajaba. Lo quería mucho como para perderlo por un viaje.
“¡Tigreeee!” se dijo a sí mismo. Él podía haber dado su brazo a torcer hacía un rato cuando la cosa se puso fea. Pero no lo hizo y logró su cometido.
Ella no estaba enfadada, porque entendió que todo lo había hecho porque la quería. La relación continuó con total normalidad. Es más, este episodio logró que la pareja estuviera aún más unida. Podríamos decir que todo era ideal.
A los tres meses la abuela de Claudia la invitó a un viaje en barco a Argentina, junto con su madre y su tía. El viaje duró quince días, pero Luis la extrañó como si fuera un año, a pesar de que recibió como diez cartas de ella diciéndole lo interminables que se le estaban haciendo los días lejos de él. Parecía como que quería tirarse del barco y venir nadando a abrazarlo. Es que estaban tan enamorados…
A su regreso Luis fue a buscarla al puerto y pasaron el resto del día juntos.
Ya era de noche cuando sonó el teléfono en la casa de Claudia.
-Hola- atendió ella.
-¿Pero cómo conseguiste mi teléfono?, yo no te lo di –continuo diciendo, pero sin demasiado enfado en su voz.
Ahí Luis se puso como loco y empezó a preguntar: -¿Quién es?
Claudia, tapando el auricular le respondió en voz baja:
-Un chico del barco…
-¿Un chico del barco?- repitió Luis exasperado.
-Sí… -dijo Claudia entre incomoda y dubitativa- …se llama Matías… es un amigo…
-¿Un amigo? ¡Amigo mis cojones!-
Luis sabía perfectamente que nadie que hubiera conocido a su novia en el barco quería ser su amigo. La única intención que podría tener ese tipo era robársela. Cuando Claudia trató de retomar la conversación telefónica, el tipo, evidentemente asustado por la discusión que escuchó, había cortado.
Luis se armó de paciencia para explicarle a Claudia que ese tipo que había conseguido su número de teléfono por algún lado y la estaba llamando, no tenía ningunas intenciones amistosas y le pidió
que no volviera a hablar con él. Y en el caso de que llamara nuevamente, le dijera que no volviera a hacerlo.
Claudia lo entendió.
Al día siguiente Luis estaba en su trabajo y no podía evitar pensar en el episodio del teléfono.
¿Qué hubiese pasado si el tipo hubiera llamado cuando él no estaba?
¿Podía confiar en su novia?
Estaba seguro que sí, pero le molestaba terriblemente tener un buitre rondando.
La próxima vez que llamara, ¿ella le diría que no la llame más como le había prometido?
Fue entonces cuando se le ocurrió una idea brillante para quitarse la duda.
Llamó a un cadete amigo que trabajaba en la empresa y le pidió que llamara por teléfono a su novia diciendo que era ese tal Matías del barco, mientras él escuchaba la conversación desde otro teléfono paralelo.
Tenía muchas ganas de escuchar como ella le paraba los pies.
Qué lindo sería oírle decir: “Por tu culpa tengo problemas con mi novio, no me llames nunca más”.
-Hola Claudia, habla Matías, -dijo el cadete.
-Tú no eres Matías… -respondió Claudia con una voz entre dulce y dubitativa.
-Sí, sí… soy yo… -insistió el cadete mirando a Luis como pidiéndo ayuda.
No funcionaba, había que cambiar la estrategia.
Luis tapando el auricular le apuntó en voz baja: -Dile que en realidad eres un amigo de Matías… que Matías no se animaba a llamarla porque se había dado cuenta que podía tener problemas si estaba el novio…
En realidad esto sonaba bastante ridículo y poco convincente, pero fue lo único que se le ocurrió en aquel momento. De última si no se lo creía, Luis le diría: “Soy yo mi amor… era una broma”.
El cadete le dijo exactamente lo que Luis le había apuntado y fue a partir de ahí cuando empezó a nublarse el mundo.
-Pero mi novio ahora no está, dile a Matías que me llame… -dijo ella.
Después de esta respuesta, el cadete miró nuevamente a Luis como esperando instrucciones.
Luis estaba tan shockeado que no atinaba a decir absolutamente nada, por lo cual el cadete decidió tomar vuelo en la conversación por sí mismo.
-Dime la verdad, ¿qué pasa con Matías? –preguntó el cadete.
-Con Matías hay mucho feeling… mucho feeling… -respondió Claudia con una vocecita de dulzura increíble.
-¿A qué te refieres con mucho feeling?
-Tú me entiendes… hay mucho feeing.
-Pero, ¿pasó algo entre vosotros?
-Y… ¿no te lo contó Matías…?
Luis estaba blanco. Lo que estaba sucediendo seguramente era una pesadilla de la que pronto se despertaría.
-Y con tu novio ¿Qué piensas hacer? –preguntó el cadete que ya era un experto en su rol.
-Con mi novio está todo mal.
-¿Todo mal? –exclamó mirando de reojillo a Luis que estaba a punto de desmayarse.
-Sí, con mi novio está todo mal… Dile a Matías que no sea tonto y que me llame…
Basta. Ya era suficiente. No lo soportaba más.
Luis le quito el teléfono al cadete y le dijo a Claudia con voz seria y tranquila: -Hola Claudia, soy yo.- Durante unos quince minutos estuvo intentando obtener una respuesta de ella. Sentía su respiración en el teléfono, pero no respondía.
-Ya está –le decía Luis- ya lo he escuchado todo, ahora háblame…
Silencio. Él se había enterado y ella estaba tan aturdida que no sabía cómo responder.
Después de un rato de insistencia, Claudia sólo atinó a decir tímidamente: “Me ahogaste”." 

¿Qué tal?
Resulta que él con sus celos, con su inseguridad, con su actitud posesiva e incluso machista, la había ahogado.
Bueno, la historia continuó. Se encontraron, se pelearon, después se arreglaron, al tiempo se volvieron a pelear, más tarde se amigaron de nuevo, en fin, lo de siempre…

Analicemos un poco la situación desde el principio.
Luis no la dejó ir de viaje por miedo a que ella le pusiera los cuernos
A la mierda. Se los puso igual.
Si tú crees que tu novia puede ser infiel, y la tienes atada, no tienes una novia fiel. Simplemente tienes a alguien, que no te quiere, atado.
Si esa persona no te conviene, más vale darte cuenta lo antes posible. Osea, dale libertad. Que haga lo que quiera. Que te sea fiel porque te quiere y no porque tú la estás controlando. Su fidelidad no es algo que tú puedas manejar. Sus sentimientos tampoco.
“-Me voy de viaje con mis amigas.
-Que te diviertas.”
Si se va con otro, dale las gracias a ese otro. Ponle un moño en la cabeza y que se la lleve envuelta para regalo. No te merecía, no era para ti…

jueves, 8 de diciembre de 2011

Tras la barrera...

Si tuviera que hacer una comparación, podría decir que mi vida es como una montaña rusa; llena de increíbles subida y temerosas bajadas. Eso sí, con una pequeña diferencia; yo no estoy hecho de hierro, puedo palpar los sentimientos en cada milímetro de mi cuerpo, aunque apenas lo demuestre. La verdad es que no sé dónde los escondo… tal vez me los trague o quizás los exteriorizo de alguna manera imperceptible. No lo sé, pero intento no pensarlo demasiado, ya que solo conseguiría sentirme peor.

Siempre he pensado que el ser humano es malo por naturaleza, y lo digo por conocimiento y experiencia propia. Seguro que algunos piensan que nunca me entero de nada, que mi cabeza esta en las nubes mientras mi cuerpo sigue vagando por aquí. No voy a negar que suelo estar abstraído del mundo y que no suelo darle demasiada importancia a las personas que para mí no valen nada, y la verdad es que esta es la mayoría de gente con la que estoy cada día. Esto, no quiere decir que no esté atento a las cosas que suceden a mí alrededor, siempre suelo captar la esencia, y si mis facciones no se inmutan es porque el tema del que se trata no me importa una mierda.

Tal vez algunos crean que hay una especie de barrera que me separa del mundo real. Lo gracioso es que puede que lleven razón, pero esta barrera me ha servido para descubrir quién quiere realmente tenerme en su vida, aunque para ello hayan tenido que saltar murallas, almenas y hasta jodidas torres de castillos. Esas son las verdaderas personas, que para mí, merecen la pena, y a los que se quedaron en la entrada… Bah, para que escribir más nada.

martes, 6 de diciembre de 2011

Pasado, presente y futuro

Nos pasamos media vida pensando en el pasado y la otra media pensando en el futuro, pero realmente ¿Quién se para a pensar en el presente? 

Dependemos de un ayer pasado y de un mañana inexistente, sin darnos cuenta que lo más importante se nos escapa de las manos. ¿Qué es lo que verdaderamente queremos hacer hoy?

domingo, 27 de noviembre de 2011

Un "hasta nunca" que no esconde un "alomejor"...

Tú, tan cruel y ajena, te has olvidado
de esta ventana, con vistas a la nada,
de este look de vagabundo, triste y amargado,
de este marchito corazón podrido de latir,
de esos besos que saben a despedida,

de esta guitarra sin cuerdas, cínica y dolorida,
de ese cambio de acera de tu cadera,

de ese sentimiento de deseo continuo,
de esas lágrimas derramadas,
de esta carta sin acabar…

Ahórrate tus desganas, lamentos y patrañas.
Para decirte adiós... me sobran motivos...
Estas son las últimas líneas que te escribo.
Este adiós no esconde un hasta luego.
Estos ojos no lloran más por ti…

martes, 22 de noviembre de 2011

¿Cuándo decidiste cambiar?

¡Hey chica! Ven aquí. Levanta la cabeza y cuéntame que te pasa. Dime porque olvidaste sonreír y por qué en tus ojos no logro ver ni una chispa de felicidad.

Cuéntame cuando cambiaste tus muñecas por cigarrillos, y los juegos de Disney por besos con desconocidos. Cuéntame cuando tiraste tus converse y te compraste tus primeras botas de aguja. 
Cuéntame… Cuéntame cuando borraste tu sonrisa y te pusiste ese disfraz de triste niña mayor.

jueves, 17 de noviembre de 2011

Mujer...

Mujer infame de vida alegre. ¿Por qué mi nombre en tu boca tiene que estar?

Mujer cobarde, ingenua e infeliz. ¿Por qué no dejas que me olvide de ti?

Musa del dolor, reina de la hipocresía. ¿Por qué me incitas al mal, si en el bien me quiero quedar?

Dama de la noche, chica de moral distraída. ¡Hasta en mis sueños quieres estar! 


Mujer... Mujer de vida galante... Mujer fatal...

lunes, 14 de noviembre de 2011

Antes de dormir...

Antes de partir al refugio del dolor de la carne y de espíritus enfermos, al campo de batalla en la frontera de la vida y de la muerte, al tren que lleva sueños y trae pesadillas, a la confidente de amores platónicos y a la rendición del más valiente de los guerreros; Antes de irme a la cama, quiero compartir con vosotros un texto de indudable esplendor y con el que, en estos momentos, me siento muy identificado.
Son líneas escritas por un poeta frustrado, un rockero sin control, un yonki de las mujeres, pero ante todo, un gran amigo y mejor persona: Mi hermano Andrés Felipe Avellaneda Prada.

"Y se fue... No dijo adiós, ni si quiera un hasta luego... Bueno, miento, lo ultimo fue "no quiero volver a saber nada de ti" y "suerte" forzados, obligados... y gracias tendría que dar, pues poca cosa más merecía.
Un amor mal acostumbrado a idas y venidas, a bailes díscolos y a deshoras. Un amor acido, pero que engancha. Un amor extraño… pero amor.

Ella, residente de un corazón emigrante, habitante de burdeles abandonados, pasajera de autobuses de derrotas, y aficionada a las fotos de fracasos. La musa de los poetas censurados, amante de los más necesitados y la novia del olvido.
Su astucia le convirtió en lo que el espejo reflejaba y a su vez odiaba, criticaba y era esclava. Su falda le describía y sus andares le condenaban, la juez de los olvidados y mal abogada de los que como yo, baratos, se vendían.
Ella, tan astuta, tan puta, tan mujer…"

viernes, 11 de noviembre de 2011

La dificultad de haber amado...



-Es la primera sonrisa que te saco en mucho tiempo. 
-Lo sé y me animas mucho.
-Estoy hecha un lio. Él quiere una respuesta ya, y ¿sabes que me lo impide? Que no puedo dársela hasta que no me des tú una a mí.
¿Qué somos tú y yo? Hace tiempo me dijiste que no podíamos estar juntos, y yo te creí, pero cada vez que intento pasar página estas ahí, como si...
-¿Cómo sí que?
-Como si no quisieras que me olvidara de ti. Como si quisieras que fuera tan desgraciada como tú.
-Yo jamás desearía eso, quiero que seas muy feliz.
-Entonces, dime si lo que sientes por mí es real o es simplemente un juego. Si es real, saldremos adelante los dos juntos, pero sino por favor... déjame marchar.
-Solo es un juego, y odio perder. Eres libre.
-Gracias. -
Dijo mientras se marchaba y se secaba las lágrimas.

-¿Por qué has hecho eso? -Le dijo la voz en su cabeza.
-Porque la quiero, y no puedo hacerla feliz...