jueves, 8 de diciembre de 2011

Tras la barrera...

Si tuviera que hacer una comparación, podría decir que mi vida es como una montaña rusa; llena de increíbles subida y temerosas bajadas. Eso sí, con una pequeña diferencia; yo no estoy hecho de hierro, puedo palpar los sentimientos en cada milímetro de mi cuerpo, aunque apenas lo demuestre. La verdad es que no sé dónde los escondo… tal vez me los trague o quizás los exteriorizo de alguna manera imperceptible. No lo sé, pero intento no pensarlo demasiado, ya que solo conseguiría sentirme peor.

Siempre he pensado que el ser humano es malo por naturaleza, y lo digo por conocimiento y experiencia propia. Seguro que algunos piensan que nunca me entero de nada, que mi cabeza esta en las nubes mientras mi cuerpo sigue vagando por aquí. No voy a negar que suelo estar abstraído del mundo y que no suelo darle demasiada importancia a las personas que para mí no valen nada, y la verdad es que esta es la mayoría de gente con la que estoy cada día. Esto, no quiere decir que no esté atento a las cosas que suceden a mí alrededor, siempre suelo captar la esencia, y si mis facciones no se inmutan es porque el tema del que se trata no me importa una mierda.

Tal vez algunos crean que hay una especie de barrera que me separa del mundo real. Lo gracioso es que puede que lleven razón, pero esta barrera me ha servido para descubrir quién quiere realmente tenerme en su vida, aunque para ello hayan tenido que saltar murallas, almenas y hasta jodidas torres de castillos. Esas son las verdaderas personas, que para mí, merecen la pena, y a los que se quedaron en la entrada… Bah, para que escribir más nada.

No hay comentarios:

Publicar un comentario